Manolo Prieto (1912 – 1991) ha aportado a nuestro imaginario colectivo una de las imágenes más poderosas del panorama de la gráfica internacional del Siglo XX: el popularmente llamado Toro de las carreteras, comercialmente conocido Toro de Osborne, o familiarmente conocido como el Toro de Manolo Prieto.
En 1954, las Bodegas Osborne encarga a la Agencia de Publicidad AZOR un anuncio para promocionar su coñac “Veterano”. Manolo Prieto, en ese momento director artístico de la agencia publicitaria, diseña la famosa silueta, un Toro desafiante, mirando de frente, atento a lo que sucede en el horizonte. El dibujo que Manolo Prieto entregó a Osborne, y el uso que se dio y para el que había nacido, símbolo de Veterano, fueron superados cuando las primeras vallas comienzan a instalarse en puntos estratégicamente elegidos de la geografía española. A partir de ese momento y a través de un imparable proceso de apropiación social, el Toro, se ha ido convirtiendo en un símbolo que sobrepasa su estricta dimensión publicitaria.
Al margen de su obra gráfica más conocida, como pintor y dibujante su carrera se desarrolló en muy diversos ámbitos dentro del diseño gráfico, la publicidad, el cartelismo, etc. para acabar su carrera como escultor de medallas en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
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